Con mas de un año de nutrida agenda de eventos se cumplieron con los actos de festejos de los 100 años de Punta del Este.
Muchos de estos eventos se dieron en el mes de julio, mes aniversario.
Sería casi imposible detallar la enormidad de actividades cumplidas para celebrar el centenario, pero sí quisimos reflejar algunas en la siguiente nota.
Del 1 al 8 de Julio se cumplió con la SEMANA DEL ARTE en diferentes lugares como Galería Los Caracoles, Hotel Mantra, Plaza del Escultor, donde se sucedieron exposiciones de obras de destacados escultores.
Se subastó el "GRAN MURAL DE LOS 100", consistente en 100 obras de artistas plásticos, las cuales fueron rematadas por la firma Gomensoro a beneficio de la Escuela de La Barra.
El 5 julio se cumplieron los actos protocolares, que incluiyeron un desfile cívico militar por la calle Gorlero, del que fueron espectadores altas autoridades nacionales y departamentales.
La principal calle de Punta se vistió de fiesta, se enbanderó adecuadamente y se adornó para la ocasión.Frente a la Plaza Artigas se montó el estrado donde se escucharon las distintas oratorias y el palco oficial para autoridares e invitados.
La comisión organizadora de los festejos del centenario encabezó orgullosamente el desfile cívico militar, transitando la calle Gorlero recibiendo el aplauso de todos los presentes en reconocimiento al trabajo realizado en la organización del magno evento.
Ese día se realizó además el lanzamiento del libro oficial del centenario, cuyo autor es el Dr. Fernando Cairo. Simultáneamente se dió apertura de la muestra fotográfica de Arturo Ballester Molina y de los libros del Historiador Juan Antonio Varese en salones de la Liga de Fomento y Turismo de Punta del Este.
El pueblo de Piriápolis homenajeó a Punta del Este con una PAELLA GIGANTE en Espacio Torreón, donde se sirvieron alrededor de 2000 porciones del riquísimo plato.
El 6 de julio se realizó el 2º ENCUENTRO DE CIUDADES HERMANAS en Hotel Barradas
El 7 de julio se cumplió la CENA OFICIAL DEL CENTENARIO DE PUNTA DEL ESTE, organizada por la Comisión de Festejos. El evento tuvo lugar en el Hotel Conrad.
El 13 de julio la Junta Departamental de Maldonado cumplió con una Sesión Solemne por el Centenario de Punta del Este, actividad cumplida en el salón de actos Liga de Fomento y Turismo.
El 14 de julio tuvo lugar un SIMULACRO DE SALVAMENTO MARÍTIMO en la Bahía de Maldonado, organizado por ADES en conjunto con entidades relacionadas con la seguridad en el departamento.
Fueron muchos los recitales musicales que se ofrecieron en el marco de los cien años de Punta del Este, lo que permitió ver a artistas locales, nacionales y extranjeros de primer nivel y de distintos géneros.
También los festejos del centenario fueron la excusa para presentar diferentes obras teatrales de grupos independientes, así como de varios eventos deportivos de varias disciplinas, cumplidos en el marco de los festejos.
Entre las muchas exposiciones de distinto tipo, hubo una muy interesante exposición del Coleccionista de Radios Antiguas de Uruguay Nelson Molina en el salón de la Liga de Fomento y Turismo .
En otro orden se presentó la documental CIEN AÑOS DE PUNTA DEL ESTE, con imágenes y testimonios inéditos, trabajo del periodista DIEGO FISHER con muestra de paisajes del artista ADOLFO SAYAGO .
Se cumplió además la Primera Muestra de Cine Nacional en Punta del Este, que se desarrolló en los salones del Hotel Conrad y en el Cine Lido, organizado por el Festival Internacional de Punta de Este con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Intendencia Municipal de Maldonado.
Fueron inumerables las charlas, conferencias y disertaciones que se dictaron en distintos lugares por parte de reconocidas personalidades nacionales y extranjeras, sobre los temas mas diversos.
viernes, 22 de febrero de 2008
PUNTA DEL ESTE CENTENARIO
Si tuvieramos que contarle a alguien que no conoce este paraiso, le diríamos que Punta del Este se encuentra al sureste del departamento de Maldonado, a 7 km de la ciudad capital.
Ubicada sobre una estrecha franja de tierra que divide las aguas del Río de la Plata y del Océano Atlántico. Tiene una población permanente de alrededor de 8.000 habitantes.
Es internacionalmente conocida como uno de los principales balnearios de Sudamérica y está cumpliendo 100 años.
Como toda Península , está rodeada de agua salvo por una pequeña parte que la une al continente, lo peculiar en este caso es que esta lengua de tierra, tiene uno de sus márgenes bañado por las aguas del Río de la Plata y otra por el Océano Atlántico.
Esta singularidad divide sus costas en dos muy disímiles tipos de playas, Playa Mansa y Playa Brava; La costa Oeste, "La Mansa", sobre aguas del Río de la Plata se caracteriza por sus aguas calmas protegidas del viento y las corrientes, mientras que la costa Este, "La Brava", tiene la particularidad de presentar un oleaje contínuo e impetuoso formado por las corrientes oceánicas.
Casualmente o por capricho de la naturaleza tanto La Mansa como La Brava cuentan cada una con una isla, la primera con la "Isla Gorriti" y la segunda con la "Isla de Lobos".
En el punto mas Austral de la Península la imaginación traza una línea que separa El Río de la Plata del Oéano Atlantico, a pesar de esta división invisible este es un lugar de convergencia donde se unen aguas dulces y salobres que son transitadas por lobos marinos, peces, ballenas y aves marinas.
El sol nace enérgico entre las olas y se duerme bañandose nuevamente en tranquilas aguas, la ubicación de esta casi isla que es la península, permite observar el alba y el ocaso sobre el mar.
Encallada allí donde el Río y el Océano se encuentran Punta del Este surge y se extiende albergando playas, grutas, bahías, lagunas, arroyos, bosques, médanos, cerros y sierras, paisajes dotados de una increíble belleza y que se suceden tan cerca uno del otro que sorprende tal diversidad
Ubicada sobre una estrecha franja de tierra que divide las aguas del Río de la Plata y del Océano Atlántico. Tiene una población permanente de alrededor de 8.000 habitantes.
Es internacionalmente conocida como uno de los principales balnearios de Sudamérica y está cumpliendo 100 años.
Como toda Península , está rodeada de agua salvo por una pequeña parte que la une al continente, lo peculiar en este caso es que esta lengua de tierra, tiene uno de sus márgenes bañado por las aguas del Río de la Plata y otra por el Océano Atlántico.
Esta singularidad divide sus costas en dos muy disímiles tipos de playas, Playa Mansa y Playa Brava; La costa Oeste, "La Mansa", sobre aguas del Río de la Plata se caracteriza por sus aguas calmas protegidas del viento y las corrientes, mientras que la costa Este, "La Brava", tiene la particularidad de presentar un oleaje contínuo e impetuoso formado por las corrientes oceánicas.
Casualmente o por capricho de la naturaleza tanto La Mansa como La Brava cuentan cada una con una isla, la primera con la "Isla Gorriti" y la segunda con la "Isla de Lobos".
En el punto mas Austral de la Península la imaginación traza una línea que separa El Río de la Plata del Oéano Atlantico, a pesar de esta división invisible este es un lugar de convergencia donde se unen aguas dulces y salobres que son transitadas por lobos marinos, peces, ballenas y aves marinas.
El sol nace enérgico entre las olas y se duerme bañandose nuevamente en tranquilas aguas, la ubicación de esta casi isla que es la península, permite observar el alba y el ocaso sobre el mar.
Encallada allí donde el Río y el Océano se encuentran Punta del Este surge y se extiende albergando playas, grutas, bahías, lagunas, arroyos, bosques, médanos, cerros y sierras, paisajes dotados de una increíble belleza y que se suceden tan cerca uno del otro que sorprende tal diversidad
CARLOS PAEZ VILARÓ Y SU VISION DE PUNTA DEL ESTE
Uno de los mas reconocidos artistas plásticos Uruguayos, Don Carlos Páez Vilaró es uno de las personalidades mas frecuentemente convocadas para hablar de Punta del Este. Al cumplir su centenario, la comisión de honor de los festejos designó a Páez Vilaró como "padrino" de Punta del Este, en merecido reconocimiento.
A pedido del diario La Nación de Argentina, el maestro escribía el artículo que transcribimos:
"Punta del Este cumplía sus flamantes 17 años el día que yo nací. Mientras de muchacho, llegaba desde Montevideo a disfrutar de sus playas, por algunos memoriosos coleccionistas de recuerdos me fui enterando de su vida lejos de pensar que terminaría afincándome en el lugar.
Una vetusta torre de agua abandonada en el centro de un descampado de la Parada 3, me tentó a mi primer anclaje.
Era una especie de molino deshabitado de aspas, pero ideal para instalar mi atelier puntaesteño. Estaba lejos de imaginarme, que medio siglo más adelante, la torre sería degollada del paisaje para dar lugar al nacimiento del Conrad.
Sin darme cuenta ese molino pasó a convertirse en mi mirador para observar su crecimiento y a la vez en una posta donde recibir a los amigos.
En ese momento los argentinos se sentían sus descubridores y turísticamente lo eran. Al igual que Solís desembarcaron para plantar sus banderas de buen gusto, invirtieron en el lugar, construyeron sus residencias y le inyectaron todo su empuje de pioneros. Viajeros empedernidos como eran, las playas de Europa ya les aburrían y nada tenían de comparable a ese paraíso que tenían a su disposición con sólo cruzar el charco.
Los uruguayos lugareños acompañaron ese ímpetu y de golpe, lo que apenas eran arterias de tierra, pinares y arena, comenzó a transformarse como una escenografía teatral. Impregnados de nostalgia los chalets de teja colorada cedieron el paso a la construcción en altura, fueron podadas las piernas del histórico ferrocarril, el cemento permitió el enlace de la península con Maldonado y el turismo se despertó abriendo las puertas a las posibilidades.
La voz cruzó las fronteras y la invasión de veraneantes motivó de inmediato la creación de mejores servicios. El obrero de la construcción se transformó en camarero, el parrillero se convirtió en chef, el futbolista en “personal trainer”. Para estar a una altura internacional, esa exigencia avasallante, obligó a la creación del sereno, el croupier, el cuidacoche, el salvavidas, o la baby sitter.
Gracias a este ejército de modestos asistentes invisibles, la rueda de Punta del Este no dejó de girar manteniendo su ritmo y afirmando su prestigio internacional.
Al mismo tiempo la actividad social enriqueció la dinámica de los veranos con renovados acontecimientos culturales, o el arribo de artistas, escritores y pintores de renombre.
Por Punta del Este pasaron Omar Sharif, Pier Angeli, Silvina Bullrich, Borges, Neruda, Piazzolla, Quinquela Martín, Mariano Mores, Dominguín, Cantinflas, el Ché Guevara, y el más heterogéneo cortejo de personajes y fueron memorables las conferencias de Rafael Squirru en la Azotea de Haedo, los conciertos en la Catedral de Maldonado, las actuaciones de Vinicius de Moraes en la Fusa.
El tiempo pasó arrasando con apellidos y nacionalidades. Los que antes eran apenas argentinos, ahora son brasileños, ingleses, americanos, guatemaltecos, colombianos, chilenos….
Desde los días iniciales en el Molino hasta la fecha, siento haber aportado con Casapueblo un modesto fragmento dentro de sus transformaciones. Esa experiencia me hace temer en su futuro.
No creo que la belleza de su naturaleza y la calidad de sus habitantes, tenga fuerzas suficientes para fijarle límites a ese avance tentador de la inversión internacional que hoy la desborda.
A esta altura de mi vida y de mis años, confío en la madurez del gobernante para que a partir de este cumpleaños, Punta del Este obedezca a un plan de crecimiento científicamente elaborado evitando que se transforme en un espejo de Miami.
Carlos Páez Vilaró
A pedido del diario La Nación de Argentina, el maestro escribía el artículo que transcribimos:
"Punta del Este cumplía sus flamantes 17 años el día que yo nací. Mientras de muchacho, llegaba desde Montevideo a disfrutar de sus playas, por algunos memoriosos coleccionistas de recuerdos me fui enterando de su vida lejos de pensar que terminaría afincándome en el lugar.
Una vetusta torre de agua abandonada en el centro de un descampado de la Parada 3, me tentó a mi primer anclaje.
Era una especie de molino deshabitado de aspas, pero ideal para instalar mi atelier puntaesteño. Estaba lejos de imaginarme, que medio siglo más adelante, la torre sería degollada del paisaje para dar lugar al nacimiento del Conrad.
Sin darme cuenta ese molino pasó a convertirse en mi mirador para observar su crecimiento y a la vez en una posta donde recibir a los amigos.
En ese momento los argentinos se sentían sus descubridores y turísticamente lo eran. Al igual que Solís desembarcaron para plantar sus banderas de buen gusto, invirtieron en el lugar, construyeron sus residencias y le inyectaron todo su empuje de pioneros. Viajeros empedernidos como eran, las playas de Europa ya les aburrían y nada tenían de comparable a ese paraíso que tenían a su disposición con sólo cruzar el charco.
Los uruguayos lugareños acompañaron ese ímpetu y de golpe, lo que apenas eran arterias de tierra, pinares y arena, comenzó a transformarse como una escenografía teatral. Impregnados de nostalgia los chalets de teja colorada cedieron el paso a la construcción en altura, fueron podadas las piernas del histórico ferrocarril, el cemento permitió el enlace de la península con Maldonado y el turismo se despertó abriendo las puertas a las posibilidades.
La voz cruzó las fronteras y la invasión de veraneantes motivó de inmediato la creación de mejores servicios. El obrero de la construcción se transformó en camarero, el parrillero se convirtió en chef, el futbolista en “personal trainer”. Para estar a una altura internacional, esa exigencia avasallante, obligó a la creación del sereno, el croupier, el cuidacoche, el salvavidas, o la baby sitter.
Gracias a este ejército de modestos asistentes invisibles, la rueda de Punta del Este no dejó de girar manteniendo su ritmo y afirmando su prestigio internacional.
Al mismo tiempo la actividad social enriqueció la dinámica de los veranos con renovados acontecimientos culturales, o el arribo de artistas, escritores y pintores de renombre.
Por Punta del Este pasaron Omar Sharif, Pier Angeli, Silvina Bullrich, Borges, Neruda, Piazzolla, Quinquela Martín, Mariano Mores, Dominguín, Cantinflas, el Ché Guevara, y el más heterogéneo cortejo de personajes y fueron memorables las conferencias de Rafael Squirru en la Azotea de Haedo, los conciertos en la Catedral de Maldonado, las actuaciones de Vinicius de Moraes en la Fusa.
El tiempo pasó arrasando con apellidos y nacionalidades. Los que antes eran apenas argentinos, ahora son brasileños, ingleses, americanos, guatemaltecos, colombianos, chilenos….
Desde los días iniciales en el Molino hasta la fecha, siento haber aportado con Casapueblo un modesto fragmento dentro de sus transformaciones. Esa experiencia me hace temer en su futuro.
No creo que la belleza de su naturaleza y la calidad de sus habitantes, tenga fuerzas suficientes para fijarle límites a ese avance tentador de la inversión internacional que hoy la desborda.
A esta altura de mi vida y de mis años, confío en la madurez del gobernante para que a partir de este cumpleaños, Punta del Este obedezca a un plan de crecimiento científicamente elaborado evitando que se transforme en un espejo de Miami.
Carlos Páez Vilaró
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